Hoteles en Tailandia

Descubre Tailandia

Si deseas disfrutar de Tailandia con el mejor clima y una amplia gama de actividades, noviembre a febrero es tu mejor época. Durante estos meses, el clima es más fresco, oscilando entre los 20 y 30°C, perfecto para recorrer templos y relajarte en las playas sin sentirte agobiado por el calor. Eso sí, al ser temporada alta, es de esperar que los precios sean más elevados y que haya una mayor afluencia de turistas.

Si eres aficionado a los festivales, no te pierdas el Songkran (Año Nuevo Tailandés) en abril, aunque debes estar preparado para enfrentar altas temperaturas. Después, de mayo a octubre, encontrarás mayor disponibilidad en hoteles y los precios suelen ser más bajos; no obstante, recuerda que corresponde a la temporada de monzones. Aun así, los festivales de linternas durante estos meses son una experiencia única y tienden a ser menos concurridos.

Para conseguir buenos precios y disponibilidad en Tailandia, el truco es planificar con 4 a 6 meses de antelación, especialmente si piensas ir en temporada alta, que corresponde de noviembre a febrero. Los vuelos suelen ser más baratos los martes y miércoles, y también existe menos demanda de hoteles durante los días de semana en comparación con los fines de semana.

Una peculiaridad de Tailandia es que los hoteles en destinos de playa a menudo ofrecen descuentos para estancias prolongadas, como de una semana o más. Otra estrategia es considerar los paquetes que combinan vuelo y hotel; estos frecuentemente resultan más económicos que reservar por separado. Y no olvides estar atento a las ofertas flash que suelen lanzar las aerolíneas y los hoteles de lujo.

Tailandia, con su rica herencia cultural y diversidad paisajística, te brinda una variedad de experiencias que deslumbran a cualquier viajero. Si bien la vibrante ciudad de Bangkok, con majestuosos templos como Wat Arun, y las paradisíacas islas de Phuket y Koh Samui son destinos imprescindibles, el país esconde rincones menos visitados pero igualmente cautivadores.

Chiang Mai, enclavada en las montañas del norte, es un oasis para quienes desean una inmersión profunda en la cultura y tradiciones tailandesas. Sus paisajes verdes, antiguos templos y mercados locales son solo el comienzo. Aquí, tienes la oportunidad de sumergirte en un curso de cocina tailandesa y aprender, de la mano de locales, a preparar auténticas delicias. Para los espíritus más aventureros, la provincia de Kanchanaburi ofrece aventuras en plena naturaleza, donde el trekking y un refrescante baño en las cascadas Erawan se convierten en la actividad perfecta.

Hacia el sur, Hua Hin emerge como un refugio costero, alejado del bullicio, perfecto si buscas tranquilidad junto al mar. Pero si tu pasión es la fauna, el Parque Nacional de Khao Sok te invita a una experiencia inigualable, caminando entre gibones y observando monitores de agua en su entorno natural. Por último, la ciudad histórica de Ayutthaya, con sus evocadoras ruinas y estatuas de Buda, te relata un fascinante capítulo de la rica tapiz histórico de Tailandia. En definitiva, Tailandia es un tesoro de experiencias que aguarda ser descubierto en cada rincón.